Curiosa leyenda...
Cuenta una antigua leyenda que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer momento, se procuró un chivo expiatorio para encubrir al culpable.
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas oportunidades de escapar al terrible veredicto, la horca.
El Juez también complotado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: "conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor vamos a dejar en manos de él tu destino, vamos a escribir en dos papeles culpable e inocente. Tu escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino".
Por supuesto el mal funcionario había preparado dos papeles con la la misma palabra, CULPABLE, y la pobre víctima, aun sin conocer los detalles se daba cuenta de que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.
El juez conminó al hombre a tomar uno de los dos papeles doblados. Éste respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala empezaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña conrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes reprocharon airadamente. Pero... ¿Qué hizo? y ahora... ¿Cómo vamos a saber el veredicto? Es muy sencillo, respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué.
Con rezongos y disgusto mal disimulado debieron liberar al acusado y jamás volvieron a molestarlo.
Moraleja: Por más dificil que e nos presente una situación nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento. Sé creativo. Cuando todo parezca perdido, usa la imaginación.
1 Comments:
no sabes cuanta razon tiene tu texto...
y lo que me ha hecho ver a medida que leia cada palabra.
me gusto mucho.
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